Ella tiene problemas para relacionarse con cualquier persona ya que su chamba de asesina no le deja y a pesar de ser joven y hermosa no puede tener una vida normal, de hacerse de un noviecillo o algo así. La cómplice es una mujer con la que hace estos trabajitos de desaparecer gente, a la cual tarde o temprano le llagaran al precio para fastidiar a su colega. La chinita matona, se hace de un pequeño vicio, que es visitar a un cocinero callejero para comer sus fideos después de cada asesinato, del que se enamoró desde que lo vio a través de la ventana de su trinchera. El cocinero , un poco bobo por cierto, cae rendido ante la inevitable sensación y deseo de tener al bombón asesino. Hay otro tipejo, que es guarura de un magnate al cual le dieron fuego, el sujeto se obsesiona por vengar a su finado jefe y allí es donde empieza esta película de muchas balas, nada de sexo y un final infeliz.