La importancia del concierto del viernes 19 de julio es obvia: PFM es, según muchos conocedores, la mejor banda del rock progresivo italiano. Yo no estoy segura de que así sea pero todos notamos que gracias a ellos se abrieron las puertas al mundo para sus compatriotas, quienes no eran tan populares en el rock y se hicieron de un gran renombre e identidad.

Un buen detalle de estos eventos es el inicio, cuando a veces una banda nacional sirve de preámbulo para los ídolos. Tal fue el caso de Cabezas de Cera, un poderoso trío que parece toda una orquesta: Mauricio Sotelo en el stick y la guitarra; Francisco Sotelo en percusiones acústicas y electrónicas; y Ramsés Luna en flauta, voz, clarinete y saxofón. Recordemos para ellos hay otro miembro importante en el equipo: Edgar Arellano, su operador de audio y encargado de grabación. Es una de las mejores y más reconocidas bandas dentro del progresivo nacional y presentarán el día 3 de agosto en el Foro Cultural Coyoacanense "Hugo Argüelles" su último disco: ...un segundo. Los que necesiten más información de Cabezas de Cera la pueden obtener en: www.fuga.com.mx/cdc

Regresamos con PFM, la única de las grandes bandas italianas que no había visitado nuestro país a pesar de ser la más esperada. Lo bueno fue que justo a tiempo decidieron seguir los pasos de Le Orme, Il Balleto di Bronzo, y Banco del Mutuo Soccorso con su presencia en México, en la que contaban con la alineación original: un tour que también visitaría Zacatecas e incluía a Panamá, Venezuela y Japón.

Se dice que estos milaneses tienen influencias de King Crimson, lo que comprobamos con la primera rola de su presentación: 21st Century Schizoid Man a un volumen bajo y triste que afortunadamente se arregló para las siguientes. Una sorpresa fue una de las nuevas canciones de su disco Serendipity (en el que después de tantos años quieren retomar la energía que poseía la buscar la energía que tenía la banda en los años 70's) que puso a todo el público a bailar; aparte de la ya conocida Four holes in the ground.

En el concierto suelen hacer más cortas las canciones, lo que orienta a la gente a un estado de diversión diferente al que se palpa cuando se escucha el disco. Lo importante es que PFM por fin pudo retroalimentarse con un público que llevaba años esperando su visita: personas que prácticamente se derritieron al escuchar Dove quando y Just look away.

La reacción del público no fue muy buena al escuchar algunas canciones del Photos of Ghosts, disco que sirvió de catapulta para la proyección mundial del grupo, ya que preferían escuchar canciones en italiano. A pesar de que los miembros de la banda explicaban que tenían a un traductor británico y no americano (supongo que pensaron en nuestra incómoda relación con EU) la gente seguía en la misma postura. De cualquier modo tuvieron que ser respetuosos con lo que escuchaban (como si no supieran que tienen un disco llamado Live in U.S.A. surgido de la gira de Cook).

Los mejores momentos de la noche fueron casi al final con canciones de Jet Lag, Passpartu y PFM? PFM!, rolas en las que se vivió una hermosa comunión de todos los presentes: músicos que daban todo como si fuera la última vez, jóvenes que vendían playeras a la entrada para comprar su boleto, melómanos de todo estilo y muchos oficinistas que habían realizado su sueño. Un final completamente emocionante, el público se levantó al ritmo de Celebration y participó de la emoción de los italianos cuando interpretaron Alta loma five 'till nine, melodía que concluye con un arreglo a Willian Tell Overture.

En cuanto a los músicos no hay mucho que decir, hay mucho que sentir al escuchar su música, aunque cabe mencionar que todos han tenido experiencia en música clásica (lo que se manifestó en el evento), jazz y blues. El Salón 21 contó con la presencia de:

Flavio Premolli en los teclados...

...Franco Mussida en la guitarra (con un look muy al estilo de Miguel Hidalgo) a quien tuve la oportunidad de saludar y no titubear al agradecerle su visita. Un "Molto gentile" que le contaré a todos los que conozco...

...Franz Di Cioccio en bataca y voz: el extrovertido rockstar que a la mera hora se escondió en el camerino...

...Patrick Djivas en el bajo...

... y Roberto Gualdi en la segunda batería, sujeto con el que pude intercambiar opiniones y experiencias: un saludo de colega y buenos augurios a mi entrenamiento musical.

Estos eventos se han hecho y han crecido gracias al interés por parte de compañías y fanáticos, de músicos y comerciantes, de chicos y grandes. Gracias por compartir esos momentos en un pequeño lugar sin necesidad de agredirnos los unos a los otros. A los que les interese saber más detalles de la banda y su gira pueden visitar la página oficial de Premiata Forneria Marconi: www.pfmpfm.it